jueves, 19 de marzo de 2009

Cambiar...

(Haré como que no me doy cuenta de que hace mas de 2 meses que no paso por aquí,a ver si cuela!)
Buenas!!Como estáis pequeñitos?
Yo estoy rara,me han pasado muchas cosas,mi cabeza esta hecha un lío...mi corazón esta triste.
Ante todo quiero pedir perdón,perdón por lo q hice,perdón por no saberlo llevar,perdón por haberte hecho daño,perdón porque estas sufriendo y me tengo q amarrar las manos para no llamarte y preguntarte que tal estas,porque se que ya no podemos seguir así,nuestro vaso del sufrimiento esta mas que rebosando.
Quiero q sepas q tu no eres peor q nadie,que tu eres único,que puedes comerte el mundo con tu sonrisa y que una parte de mi te va a querer siempre,porque he sido muy feliz muchas veces,porque lo q tuvimos no se va repetir nunca con nadie,seguro vienen cosas mejores y segurrisimo vienen cosas peores...pero esa es la vida.
Pocas veces he hecho caso a lo q me decían,tu siempre tenias mas poder q nadie,confío en que ahora sabrás usar ese poder para intentar ser feliz...no olvides q yo siempre fui tu fan numero uno,solo muestrate un poco con el resto como fuiste conmigo,riete mas!!canta aunque tengas un oído pésimo...baila!!no pienses tanto...vive!!dale una lección a todas esas personas que quieren que hagas lo que ellos dicen!!aunque duela...mas vale una "colorá" que ciento amarillas,sabes q siempre t lo decía.Aprende a decir no!y ten mas claro un orden de prioridades,permiteme un consejo...ahora,lo prioritario eres tu.
Se que es horrible...he pasado de ser muy feliz este fin de semana,a sentirme muy desgraciada,no t culpo por ello,pero es que no soporto saber q estas mal...quizá este especie de angelito de la guarda q apareció 1º en tu vida y mas tarde en la mía,tenga razón,lo mejor quizá sea esto...no nos queda otra!!aprovechate de ese angelito...m consta q le gusta hacer el bien!!aunque sea un poco maruja y cruel a veces.
Solo espero q nunca me odies,aun nos queda mucho por hacer y no tendremos mas remedio q ponernos de acuerdo en muchas cosas en las q estemos en desacuerdo...m da mucho miedo que llegue ese momento porque ese momento nos separará definitivamente...espero que esta vez sepamos hacerlo bien,seguro q sabremos...lo hemos hecho bien tantas veces!
Me cuesta despedirme,m cuesta no verte,me cuesta dejar de sentir,me cuesta dejar de llorar...me cuesta seguir sin ti...
Espero ser fuerte,seguro q la vida nos depara cosas maravillosas...deseame suerte...y mucha suerte para ti...
Besitos
La Cenicienta

1 comentario:

PRK dijo...

La cosa más dulce. Es curioso como esas cuatro palabras dicen tanto de cómo me siento: Si le preguntaran a todo el mundo qué es la cosa más dulce, todos dirían que es el azúcar. Y yo no. Todos me miran raro. Así soy… Sólo yo me entiendo. Sólo yo entiendo qué hago aquí, como ha evolucionado todo y porqué si me preguntan cual es la cosa más dulce diría que no es el azúcar. Ya no voy a explicarlo más… ni a amigos, ni familia, ni siquiera a los ángeles…. Nadie puede entenderlo. Qué dice éste? Parece una persona cuerda y mira que locura se le ocurre… que la cosa más dulce no es el azúcar… Sin duda se ha vuelto loco. La cosa más dulce tiene más que ver con la Cenicienta y con la Sirenita que con los toblerones.

La cosa más dulce… Así empezó todo: con un caramelo. Siempre que nos subimos a un avión o a un barco nos dan un caramelo. Todo había empezado mucho tiempo antes. Cuando empezamos a trabajar juntos en una empresa increíble. Todo ilusión. Todo era como si nos hubiese tocado la lotería. Iban a hacer un Ave de Mallorca a Sevilla. La gente alucinaba. Se caerá el puente! Y se reían… Y hay ha estado la línea funcionando 7 años. JA!! Les digo. Muchos ni recuerdan ya aquellos días. Pero fue la empresa más apasionante jamás ideada.

Los primeros días trabajando ahí juntos fueron ilusión y fantasía. Ver la máquina ahí preparada. Y saber que la íbamos a llevar nosotros. Ni dormíamos sabiendo lo que nos esperaba. Soñábamos con la de viajes que haríamos y lo deprisa que iríamos. Era el Ave! Los primeros trayectos de prueba fueron inolvidables. Poner en marcha los motores. Arrancar por primera vez, el olor a nuevo, controlábamos el hilo musical desde la cabina! Corazón de rock and roll ;)

Y llegó el gran día. Inauguraron un Ave de Mallorca a Sevilla un 21 de enero, justo después de las fiestas de San Sebastian… La cosa más dulce: el caramelo al entrar en el tren… caramelos para todos los pasajeros, claro! No se cayó el puente. Tenia los pilares muy profundos… algunos había costado mucho hacer que llegaran hasta el fondo del mar. Aun recuerdo aquellos primeros viajes: llevar la máquina a 300 por hora hacía latir mi corazón con fuerza.

Aquello era un éxito. El tren estaba lleno todos los días. Hasta los escépticos viajaban en primera. El tiempo pasó, y fuimos creando una dinámica de equipo. Éramos dos maquinistas, pero los dos no podíamos llevar el tren a la vez. A ti, Cenicienta te encantaba llevar el volante, se te iluminaba la cara y hasta mirabas las vías por encima de las gafas. Me encantaba mirarte. Mientras tú llevabas el timón, yo aprendí mucho sobre la máquina. Entendí como funcionaban los engranajes y como hasta la pieza más pequeña era vital. El tren entero no funciona si una simple pequeña piececita fallaba. Todo era perfecto. Disfrutábamos de ver el motor en marcha. Teníamos piezas de repuesto cada vez que una fallaba.

Pero esa dinámica de equipo nos traicionó. Es aburrido llevar el tren siempre tú sola, y yo había perdido el touch. Cuando me pasabas el timón del Ave, no lo llevaba a 300 por hora. Yo ya no corría tanto… Me había apuntado a mil cursitos sobre mecánica y gestión de flotas y ya no estaba acostumbrado a conducir… Sabía llevar la máquina, pero ya no pisaba el acelerador a fondo porque estaba distraído mirando el paisaje desde lo más alto del puente y tomando desvíos a las estaciones de Amistad y Cuartodeinglesolandia que solo hacían que el tren llegase tarde. Luego nos regañaban a los dos en la empresa. El trayecto entre Mallorca y Sevilla se convirtió poco a poco en una montaña rusa. Y así no van tranquilos los pasajeros. La empresa empezó a tener perdidas, aunque aun funcionaba.

Con tanto cursito me hice un curriculum de puta madre… Eso también tenía su lado bueno. Trataba la motor con mimo y sabía arreglar todos los problemas, fui bueno manteniendo la máquina en buen estado, a veces era necesario cambiar piezas que no teníamos… sin ellas el tren no iba a funcionar. Me empezaron a llamar el ideitas. Hacía cualquier invento y el tren seguía funcionando sin la pieza necesaria. Era un milagro! La gente seguía yendo a Sevilla en tren, pero con tanto invento el Ave ya no pillaba los 300 por hora. Aiiii, que aburrido es llevar la máquina a 100 por hora!! Añoranza de los tiempos en que el Ave cortaba el viento…

Se empezaron a oír rumores de que la empresa estaba construyendo una nueva línea. No sonaba mal. Madrid-Sevilla en 3 horas. Eso salía a casi 300 por hora. El proyecto sonaba bien. Tú seguiste fiel a tu puesto de trabajo, pero hiciste saber que si aquello tiraba pa’lante podían contar contigo. Era ilusionante. Yo me había desentendido de algunos otros rumores de Ave… Mi fama de buen trabajador había hecho que la competencia tocase tímidamente a mi puerta. Yo ya había tenido bastante con los desvíos a la estación de Amistad como para explorar nuevas líneas. Me sabía cada palmo de vía entre Mallorca y Sevilla de memoria. Eso me encantaba.

Y las cosas se desencadenaron de repente. Habíamos renovado contrato hacía poco, pero por fin iban a inaugurar el Ave Madrid-Sevilla. El viaje inaugural. No hacía falta cambiar de empresa. Te llamaron para que llevases el tren y no lo dudaste. Solo era un viaje. Guau! Máquina nueva… de repente estabas a 300 por hora de nuevo! Qué gozada!! Hacía tiempo que no experimentabas la velocidad y eso puso de nuevo brillo en tus ojos. Acostumbrada a que los ruidos de fondo de nuestra vieja locomotora no te dejasen escuchar música aquello era una delicia. Todo olía a nuevo y después solo con cerrar los ojos recordabas el aire fresco en tus mejillas. Es divertido descubrir nuevas rutas, que el paisaje cambie… La cosa más dulce: caramelos al entrar en el tren…

Pero tu puesto de trabajo estaba en el Ave a Mallorca y no quedaba más remedio que cumplir el contrato. Aquello también tenía su punto. Era un trayecto muy bonito aunque no fuera tan deprisa. Pero yo me enteré de que el Ave a Madrid ya estaba inaugurado y de quien había llevado ese tren. Todo se estropeó entre nosotros. La línea Mallorca-Sevilla entró definitivamente en decadencia. Cada vez menos trayectos de ida y de vuelta. Cada vez menos pasajeros. La máquina rota durante meses. Ya no era bonito cruzar el puente. Se cruzaba más por obligación que por devoción. Silencio entre tú y yo durante el trayecto. Ni una palabra hasta Sevilla. Qué rollo.

La cosa de Madrid pintaba bien. Se llegó a hablar de 8 trayectos diarios. Eso era un sueño para la vieja línea a Mallorca. Aunque hubiesen arreglado la máquina las vías estaban viejas. No se podía correr de todas maneras. Llegó el momento del cambio. El minuto de tomar una decisión con lágrimas en los ojos. No había futuro en un puente que se caía entre Sevilla y Mallorca. Madrid.

Me tocó hacer solo el último viaje de vuelta. Sevilla-Mallorca y la vieja máquina se quedaría para siempre en los talleres de Son Rullan. Parece que la empresa había tomado la decisión correcta. En ese último viaje a Mallorca no había viajaba ni un solo pasajero ya. Solo el maquinista. Fue una locura. Gas a fondo. Estuve a punto de descarrilar varias veces. Aparqué y me fui al paro…

Donde hubo fuego, queda la candela. El puente entre Mallorca y Sevilla seguía en pie y clandestinamente sacábamos la máquina de los talleres y hacíamos viajes solo por placer. Ya no había que llegar puntual y fue una gozada. 3 meses que nos llevaron de ida y vuelta más veces que nunca. Y deprisa. Habíamos restaurado las vías, pero había que tomar una decisión rápida. No se podía estar así para siempre. Era la decisión de nuestras vidas. El puente amenazaba ruina. O lo invertíamos todo en arreglarlo o lo dejábamos caer. Sabíamos que inaugurar de nuevo la línea no era fácil, pero fuimos el mejor de los equipos. Era posible. Pero a mí me había dolido el despido. Muchas dudas… que pasará si te vuelven a llamar de Madrid, o si se rompe la máquina. Pensé que había salvado a la empresa de la quiebra y que no se me había valorado. No di el paso. Ante una prueba de amor le di la vuelta a la tortilla, me quedé mirando y devolví el guante. Lo he hecho siempre. Pero para nada significa que no te quiera, que no te haya querido y que no te vaya a querer siempre. Lo haré siempre. No lo dudes.

Cayó definitivamente. Era un buen puente, hubo gente que sin quererlo ayudó a ponerle dinamita. Pero sé que lo hicieron con la mejor de las intenciones. Tenía la marca de ruina… creían que con ello hacían lo mejor, lo necesario. Ahora cuando vuelo de vuelta a casa, miro por la ventanilla del avión y aun veo los pilares, clavados en el fondo del mar. Es fácil seguir el recorrido que hacia el tren. Basta con cerrar los ojos y me imagino a 300 por hora. Cuando los abro veo a mi ángel de la guarda que me dice que no seré capaz de recordar nada malo de aquellos tiempos, pero que existió, y qué es imposible restaurar el puente porque sigue teniendo dinamita sin explotar. Que deje que tú vueles a 300 por hora y que yo me busque otro empleo. Que no me costaría demasiado. Sigo cerrando los ojos. Tengo miedo de que se acabe el paro y siga con los ojos cerrados. Pero somos leyenda y no puedo olvidar los días en que cortábamos el viento.

Es curioso cuantos cuentos y metáforas se me ocurren cuando no sé como decir las cosas… como lo que empezó con una fábula acaba con una historieta, verdad lobita? ;) Yo también he tenido el móvil en la mano todos los días. Te deseo lo mejor, disfruta de la vida, de las pequeñas cosas y de las grandes. Y este deseo no se cumplirá si te hago sufrir, si te llamo. Vuela, corre, ríe… Carpe diem! Y cuando pienses en mí sonríe por lo que fuimos y no pienses en que hubiera pasado de hacer las cosas de otra manera… No somos culpables, nos salió así.

Mil besitos…

La cosa más dulce… al salir del avión me regalan un caramelo.